Jean Jacques Rousseau
(1712-1778) Filósofo francés, escritor y compositor
“El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado.” – Jean Jacques Rousseau
La libertad verdadera solo puede lograrse cuando dejamos atrás las ataduras de las convenciones sociales y buscamos una existencia genuinamente libre.
“La libertad no es hacer lo que se quiere, sino querer lo que se hace.” – Jean Jacques Rousseau
La verdadera libertad consiste en encontrar satisfacción y propósito en nuestras decisiones, no solo en la ausencia de restricciones.
“La felicidad es un bien común, que depende del corazón, no de las circunstancias.” – Jean Jacques Rousseau
La verdadera felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en cómo nos sentimos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
“La naturaleza nunca traiciona al hombre que la ama.” – Jean Jacques Rousseau
La conexión con la naturaleza nos brinda paz y sabiduría, nos ayuda a encontrar el equilibrio y a comprender lo que realmente importa.
“El hombre es libre en el momento en que desea serlo.” – Jean Jacques Rousseau
La libertad comienza en nuestra mente. Solo cuando decidimos liberarnos de nuestros miedos y limitaciones, podemos ser verdaderamente libres.
“El que no es capaz de vivir en sociedad, tampoco puede vivir bien en la soledad.” – Jean Jacques Rousseau
La habilidad para convivir con los demás es esencial para una vida satisfactoria. La interacción social nos da el apoyo y las experiencias necesarias para crecer.
“La educación no es lo que el maestro da, sino lo que el alumno recibe.” – Jean Jacques Rousseau
La verdadera educación está en la capacidad del estudiante para absorber y aplicar el conocimiento, no solo en lo que se enseña.
“El progreso es el cambio de las costumbres, pero la costumbre no debe cambiar nunca.” – Jean Jacques Rousseau
El progreso implica evolución, pero nunca debemos perder de vista los valores y principios que forman la base de nuestra humanidad.
“La civilización no mejora al hombre, solo lo hace más fuerte para resistir sus vicios.” – Jean Jacques Rousseau
La sociedad moderna puede ofrecer más comodidad, pero no necesariamente hace mejor al ser humano. La verdadera mejora proviene del trabajo interior.
“La libertad consiste en ser dueño de la propia vida.” – Jean Jacques Rousseau
La verdadera libertad radica en tener el control sobre nuestras decisiones y acciones, no en seguir los dictados de otros.
- Para hacer escuchar lo que decimos, es necesario ponerse en el lugar de aquellos a quienes uno se dirige.
- La razón nos engaña a menudo, la conciencia nunca.
- Prefiero ser un hombre de paradojas que un hombre de prejuicios.
- El hombre que más ha vivido no es aquél que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida.
- La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero.
- El hombre ha nacido libre y sin embargo, vive en todas partes, entre cadenas.
- La libertad es alimento nutritivo, pero de difícil digestión. Es, por tanto, necesario preparar a los hombres mucho tiempo antes de dárselo.El que se ruboriza ya es culpable; la verdadera inocencia no siente vergüenza por nada.
- Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos.Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce.
- Ley es la expresión de la voluntad general.
- No seréis nunca frailes si primero no sois monaguillos.
- Las necesidades más dispendiosas son las que nos imponen la opinión.
- Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan.
- Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza.
- El hombre es un milagro sin interés.
- La verdad no lleva a la fortuna, ni el pueblo da embajadas, cátedras ni pensiones.
- El hombre no está hecho para meditar sino para actuar.
- Celebro contigo un contrato en el cual todos los deberes están a tu cargo y todos los beneficios están a mi favor; contrato, que respetaré mientras se me dé la gana y que tú observarás mientras se me dé la gana.
- Un buen padre vale por cien maestros.
- El honor de un Hombre no está en mano de los demás; está en nosotros mismos y no en la opinión pública. No se defiende con la espada ni con el escudo, sino con una vida íntegra e intachable.
- Las dos palabras esclavitud y derecho son contradictorias y se excluyen mutuamente.
- La falsedad tiene infinitas combinaciones, pero la verdad tiene solo una forma de ser.
- Es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace lo que le agrada.
- Todo hombre es útil a la humanidad por el simple hecho de existir.
- Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas.
- Es una previsión muy necesaria comprender que no es posible preverlo todo.
- El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada.
- Entre todos los animales, los Hombres son los menos aptos para vivir en rebaño. Si fueran apiñados como las ovejas perecerían en corto tiempo. El aliento del Hombre es fatal para sus semejantes.
- La conciencia es la voz de las almas, las pasiones son las voces del cuerpo.
- La libertad no es fruto que crezca en todos los climas, y por ello no está al alcance de todos los pueblos.
- Las ciudades son el abismo de la especie humana.
- Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde.
- Disminuid los deseos; es como si aumentaseis las fuerzas.
- Un hombre honrado no encontrará jamás una amiga mejor que su esposa.
- A las plantas las endereza el cultivo; a los Hombres, la educación.
- La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.
- El primer paso hacia el bien es no hacer el mal.
- Nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo.
- Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad.
- La posteridad me honrará… porque lo he merecido.
- El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas.
- Los remordimientos se adormecen en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos.
- Si quitáis de los corazones el amor a lo bello, quitaréis todo el encanto de vivir.
- Las necesidades más dispendiosas son las que nos imponen la opinión.
- Las ideas generales y abstractas son fuente de los más grandes errores humanos.
- Lo falso es susceptible de una infinidad de combinaciones; pero la verdad no tiene más que una manera de ser.
- El Hombre que no conoce el dolor no conoce ni la ternura de la humanidad ni la dulzura de la conmiseración.
- Las injurias son las razones de los que tienen culpa.
- Las leyes son siempre útiles para las personas que tienen bienes y dañinas para los desposeídos.
- El derecho de voto es un derecho que nada ni nadie puede quitar a los ciudadanos.
- El acento es el alma del discurso.
- Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.
- Al salir de ciertas bocas, la misma verdad tiene mal olor.
- En un mal gobierno, esta igualdad sólo es aparente e ilusoria. Sirve tan sólo para mantener al pobre en la miseria, y al rico en la usurpación. De hecho, la leyes siempre son útiles a los que poseen y perjudiciales a los que nada tienen.
- La libertad es la obediencia a la ley que uno mismo se ha trazado.
- Nuestras controversias parecerán tan raras a las edades futuras, como las del pasado nos han parecido a nosotros.
- Mi mayor desgracia ha sido siempre no ser capaz de resistirme a los halagos.
- No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo
- Siempre he creído que lo bueno no era sino lo bello puesto en acción.
- Jamás he conocido las pasiones más odiosas, nunca ha invadido mi corazón la envidia, la maldad, ni la venganza… en ocasiones la ira, pero no soy muy hábil y jamás guardo rencor.
- Quien no aborrece mucho el vicio, no ama mucho la virtud.
- La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.
- Hay que avergonzarse de cometer una falta, no de repararla.
- La igualdad en la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea precisado a venderse.
- Toda ley que el pueblo en persona no ratifica, es nula.
- La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
- El más fuerte no es nunca lo bastante fuerte para ser siempre el amo, si no transforma su fuerza en derecho y la obediencia en deber.
- Aún no ha nacido la persona que pueda amarme como yo amo.
- ¡Desgraciado aquel que no sabe sacrificar un día de placer a los deberes de la humanidad!
- No es nada fácil abandonar la virtud; ella atormenta durante mucho tiempo a los que la abandonan.
- Detesto más las malas máximas que las malas acciones.
- El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe.
- La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
- Si hubiera una nación de dioses, éstos se gobernarían democráticamente; pero un gobierno tan perfecto no es adecuado para los hombres.
- La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable.
- La bondad de corazón y la equidad de un hombre honesto vale cien veces más que la amistad de un bellaco.
- Sólo somos curiosos en proporción con nuestra cultura.
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