John Locke (1632-1704)1632 Pensador británico, uno de los máximos representantes del empirismo inglés, que destacó especialmente por sus estudios de filosofía política. Este hombre polifacético estudió en la Universidad de Oxford, en donde se doctoró en 1658.
- Las nuevas opiniones siempre son sospechosas, y normalmente se rechazan, sin más razón que el hecho de no ser comunes.
- Pensar amuebla la mente solo con materiales de conocimiento; es pensando que hacemos lo que leemos nuestro.
- No hay nada en el intelecto que no estuviera antes en los sentidos.
- Hay que perder la mitad del tiempo para poder emplear la otra mitad.
- La finalidad de las leyes no es abolir o restringir, sino preservar y ampliar la libertad.
- Al ser todos iguales e independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, la salud, la libertad o posesiones.
- El conocimiento de ningún hombre de aquí puede ir más allá de su experiencia.
- Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes.
- Es más fácil para un tutor mandar que enseñar.
- Casi todo lo que habla la historia no es otra cosa sino peleas y matanzas.
- Identidad personal depende de la conciencia, no de la sustancia.
- La fortaleza es la protección y el apoyo de las demás virtudes.
- El trabajo del maestro no consiste tanto en enseñar todo lo aprendible, como en generar en el alumno amor y estima por el conocimiento.
- Los padres se preguntan por qué los ríos son amargos, cuando ellos mismos envenenan la fuente.
- La noticia que a través de los sentidos adquirimos de las cosas exteriores, aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento intuitivo, merece el nombre de conocimiento.
- Lo que te preocupa te controla.
- Aquello que es estático y repetitivo es aburrido. Aquello que es dinámico y aleatorio es confuso. En el medio yace el arte.
- Hay que juzgar a un hombre según su infierno.
- No puede haber mayor rudeza que interrumpir otro en la corriente de su discurso.
- La razón por la que los hombres entran en la sociedad es para preservar su propiedad.
- La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es cosa que también lleva consigo el placer constante.
- Frecuentemente hay más que aprender de las preguntas inesperadas de los niños que de los discursos de los hombres.
- Tendríamos menos disputas en el mundo si se tomaran las palabras por lo que son, signos de nuestras ideas solamente, y no por ellas mismas.
- Cada uno es ortodoxo con respecto a sí mismo.
- La ocupación del hombre es ser feliz.
- Nuestra ocupación aquí no es conocer todas las cosas, sino aquellas que afectan a nuestra conducta.
- Las bestias no abstraen.
- La disciplina del deseo es el fondo de carácter.
- El que quiera seriamente disponerse a la búsqueda de la verdad, deberá preparar, en primer lugar, su mente para amarla.
- El hombre nace libre pero en todos lados esta encadenado.
- La educación comienza al caballero, pero leer, la buena compañía y la reflexión lo deben finalizar.
- Una cosa es demostrar a un hombre que está equivocado, otra es situarlo en posesión de la verdad.
- No hay doctrina ajena que en esto pueda superar a la propia experiencia.
- Toda riqueza es el producto del trabajo.
- Somos como los camaleones, tomamos nuestro tono y el color de nuestro carácter moral de aquellos que están a nuestro alrededor.
- Hay mil maneras de lograr la riqueza, pero sólo un camino hacia el cielo.
- La única defensa contra el mundo es un conocimiento perfecto de él.
- Por ser cada hombre, según se mostró, naturalmente libre, sin que nada alcance a ponerle en sujeción, bajo ningún poder de la tierra, como no sea su propio consentimiento.
- Es más fácil para un tutor mandar que enseñar.
- Siempre he pensado que las acciones de los hombres son los mejores intérpretes de sus pensamientos.
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