Miguel de Unamuno y Jugo (1864 – 1936) fue un escritor, poeta, dramaturgo, filósofo
- La felicidad es algo que se vive y se siente, no es una cosa razonada o definida.
- Esas fallas que no tenemos, no nos molestan.
- El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.
- La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.
- A menos que un hombre aspire a lo imposible, la posibilidad que logre no valdrá la pena.
- El triunfo supremo de la razón es arrojar dudas sobre su propia validez.
- El sueño permanece; es lo único que permanece; la visión permanece.
- Los hombres no hacemos más que mentir y hacernos importantes. El habla se inventó con el propósito de magnificar todas nuestras sensaciones e impresiones, tal vez para que pudiéramos creer en ellas.
- Solo en la soledad nos encontramos; y al encontrarnos a nosotros mismos, encontramos en nosotros mismos a todos nuestros hermanos en la soledad.
- El escéptico no significa el que duda, sino el que explora o investiga, a diferencia del que afirma y piensa que ha encontrado.
- El hombre está pereciendo. Eso puede ser, y si es la nada lo que nos espera, actuemos de modo que sea un destino injusto.
- La filosofía satisface la necesidad de crearnos un concepto único y completo del mundo y de la vida.
- La verdad es que la razón es el enemigo de la vida.
- Todo esto me está sucediendo a mí y le está sucediendo a los demás sobre mí, ¿es realidad o es ficción? ¿No es posible que todo sea un sueño de Dios, o de quien sea, que desaparecerá tan pronto como se despierte?
- Nuestra vida es una esperanza que se convierte continuamente en memoria y la memoria engendra esperanza.
- El diablo es un ángel también.
- Mientras que los hombres creen que buscan la verdad por sí mismos, de hecho buscan la vida en la verdad.
- El hombre muere de frío, no de oscuridad.
- Amar con el espíritu es tener compasión, y el que más compadece ama más.
- El miedo es el comienzo de la sabiduría.
- Hay personas que están tan llenas de sentido común que no les queda la más mínima grieta para su propio sentido.
- El hombre de carne y hueso; el hombre que nace, sufre y muere, sobre todo, quien muere; el hombre que come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere; el hombre que es visto y escuchado; es el hermano, el verdadero hermano.
- Vuelve hacia atrás la vista caminante, verás lo que te queda de camino.
- El amor es hijo de la ilusión y el padre de la desilusión.
- El use estropea y hasta destruye toda belleza. La función más noble de los objetos es la de ser contemplados.
- El amor no quiere ser agradecido ni quiere ser compadecido. El amor quiere ser amado porque sí, y no por razón alguna, por noble que está sea.
- Los satisfechos, los felices, no viven; se duermen en el hábito, vecinos de la aniquilación.
- Todo lo que exalta y expande la conciencia es bueno, mientras que lo que la deprime y la disminuye es malo.
- El pesimismo que protesta y se defiende a sí mismo no puede decirse verdaderamente que sea pesimismo.
- La única forma de darle carácter definitivo al mundo es darle conciencia.
- El aislamiento es el peor consejero posible.
- ¿El hombre fue hecho para la ciencia, o la ciencia fue hecha para el hombre?
- El más terrible enemigo del heroísmo es la vergüenza de aparecer pobre.
- La química no debe ser solo para los químicos.
- El que mejor sabe que ama, es el que ama mejor.
- Lo mismo que une el amor al amante y el amado, une el odio a al odiador y al odiado, y no menos fuerte ni menos duramente que aquel.
- La visión de tu prójimo es tan cierta para él como tu propia visión es verdadera para ti.
- Todo conocimiento tiene un objetivo final. El conocimiento en aras del conocimiento es, digamos, lo que se quiera, nada más que una melancólica mendicidad de la pregunta.
- Las lágrimas de angustia irritan y excitan; pero las de arrepentimiento son las que limpian.
- La verdadera ciencia enseña, sobre todo, a dudar y ser ignorante.
- Solo podemos conocer y sentir a la humanidad en el único ser humano que tenemos a mano.
- Cuanto menos leemos, más dañino es lo que leemos.
- Y después de todo, ¿qué es la locura y cómo podemos distinguirla de la razón?, a menos que nos coloquemos fuera el uno y el otro, lo que para nosotros es imposible.
- Si una persona nunca se contradice a sí misma, debe ser que no dice nada.
- Solo el que intenta el absurdo es capaz de lograr lo imposible.
- Y matar el tiempo es quizás la esencia de la comedia, así como la esencia de la tragedia está en matar a la eternidad.
- Cualquiera que discuta confía en los usos de autoridad, no en su comprensión, sino en su memoria.
- Mi objetivo es agitar y molestar a la gente. No estoy vendiendo pan; estoy vendiendo levadura.
- El infierno se concibió como una institución policial para inspirar miedo en este mundo. Pero lo peor de todo es que ya no asusta a nadie, y por lo tanto tendrá que cerrarse.
- Una gran cantidad de buenos argumentos son estropeados por un tonto que sabe de lo que está hablando.
- Lo que creemos que son los motivos de nuestra conducta son generalmente los pretextos para ella.
- Una idea no pasa de un idioma a otro sin cambios.
- El relativismo absoluto, que no es ni más ni menos que escepticismo, en el sentido más moderno del término, es el triunfo supremo de la razón racional.
- El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura al viajando.
- ¿Qué es la vanidad sino el anhelo de sobrevivir?
- Ninguno es tan probable que crea tan poco como aquellos que han comenzado creyendo demasiado.
- Sembrad la parte viva de vosotros mismos en el surco de la vida.
- Deberíamos tratar de ser los padres de nuestro futuro en lugar de los descendientes de nuestro pasado.
- Si un filósofo no es un hombre, no es más que un filósofo; él es sobre todo un pedante, y un pedante es una caricatura de un hombre.
- La ciencia es la escuela más íntima de resignación y humildad, porque nos enseña a doblegarnos ante los hechos aparentemente insignificantes.
- Las brumas permanecen de la falsa gloria que brota de la historia.
- El sentimiento no logra convertir el consuelo en verdad, ni la razón tiene éxito en convertir la verdad en consuelo.
- Las creencias humanas, como todos los demás crecimientos naturales, eluden la barrera de los sistemas.
- Leer mucho es uno de los caminos de la originalidad, uno es tanto más original y propio cuánto mejor enterado esta de lo que han dicho los demás.
- La lengua no es la envoltura del pensamiento, es el pensamiento mismo.
- Las lenguas, como las religiones, viven de herejías.
- No es el chelín que te doy lo que cuenta, sino el calor que lleva consigo de mi mano.
- Los hombres gritan para evitar escucharse el uno al otro.
- El hombre habitualmente sacrifica su vida a por su bolsa, pero sacrifica su bolsa por su vanidad.
- Cúrate de la aflicción de preocuparte de cómo te apareces a los demás. Preocúpate solo por cómo te presentas ante Dios, preocúpate solo por la idea que Dios pueda tener de ti.
- Los únicos reaccionarios son aquellos que se encuentran en casa en el presente.
- Creer en Dios es anhelar Su existencia y, además, actuar como si Él existiera.
- Es triste no ser amado, pero es mucho más triste de no ser capaz de amar.
- Si es la nada lo que nos espera, permítannos hacer una injusticia, peleemos contra el destino, incluso sin esperanza de victoria.
- El arte destila sensaciones y las incorpora con un significado mejorado.
- La mayor altura de heroísmo que un individuo, como un pueblo, puede alcanzar, es saber cómo enfrentar el ridículo; es mejor aún, saber cómo hacerse ridículo y no encogerse ante el ridículo.
- Los mártires crean la fe, la fe no crea mártires.
- La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque la vida pueda surgir de ellas.
- Gracias al desarrollo del barbarismo, del neologismo y del solecismo en el bajo latín, pudieron votar los romances, del antiguo latín clásico jamás habrían surgido.
- La sangre de mi espíritu es mi lengua. Y mi patria es allí donde resuena.
- La fe que no duda es fe muerta.
- Nada que no sea verdad puede ser de veras poético.
- No es obligación del escritor ponerse al alcance del público, si no obligación del público ponerse al alcance del escritor.
- El hambre hace salir al lobo del bosque, y al escritor, del arte.
- Nunca lo sabemos, créanme, cuándo lo hemos logrado mejor.
- Cada campesino tiene un abogado dentro de él, al igual que todos los abogados, por muy urbano que sea, llevan consigo a un campesino.
- A veces, permanecer en silencio es mentir, ya que el silencio puede interpretarse como asentimiento.
- Piensa el sentimiento, siente el pensamiento. Piensa en lo emocional y siente lo intelectual.
- Un hombre no muere de amor o de su hígado o incluso de vejez; él muere de ser un hombre.
- La ciencia nos enseña, en efecto, a someter nuestra razón a la verdad y a conocer y juzgar las cosas tal como son, es decir, como ellas mismas eligen ser y no como quisiéramos que fueran.
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