Emily Elizabeth Dickinson (1830 – 1886) fue una de las mejores poetisas estadounidense del siglo XIX. Se hizo famosa después de su muerte por su inusual uso de la forma y la sintaxis.
- Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay.
- Si puedo evitar que un corazón se rompa, no viviré en vano.
- Vivir es tan sorprendente que deja poco tiempo para cualquier otra cosa.
- Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.
- La naturaleza es una casa embrujada, pero el arte es una casa que trata de ser embrujada.
- Tráeme la puesta de sol en una taza.
- La belleza no es causada. Es.
- Perdona mi cordura en un mundo loco.
- Siempre está compuesto de ahoras…
- Que nunca vuelva a suceder, es lo que hace que la vida sea tan dulce.
- Sin saber cuándo llegará el amanecer, abro todas las puertas.
- Los perros son mejores que los seres humanos, porque saben pero no cuentan.
- El alma siempre debe estar entreabierta, lista para recibir la experiencia extasiada.
- Las personas necesitan tiempos difíciles y opresión para desarrollar los músculos psíquicos.
- Esta es mi carta que el mundo nunca me escribió.
- He estado doblada y rota, pero espero estar en una mejor forma a partir de ahora.
- Para hacer una pradera se necesita un trébol y una abeja.
- El Alma selecciona su propia Sociedad.
- No podía parar por la muerte y él no se detuvo por mí.
- La renuncia es una virtud penetrante. Es dejar ir una presencia por una expectativa.
- Extraño mucho a los saltamontes, pero supongo que es lo mejor. Debería estar demasiado apegado a un mundo de trote.
- Donde estás, ese es el hogar.
- El amor es anterior a la vida, posterior a la muerte, inicial de la creación y el exponente de la respiración.
- Mi vida ha sido demasiado sencilla y austera como para molestar a nadie.
- Mis amigos son mis bienes.
- La suerte no es casual, es trabajo; la sonrisa costosa de la fortuna se gana.
- No decir nada a veces dice más.
- Si se ocupa de las cosas pequeñas, las cosas grandes se cuidan a sí mismas. Puedes ganar más control sobre tu vida prestando más atención a las pequeñas cosas.
- Tu cerebro es más grande que el cielo.
- Dicen que el hogar es donde está el corazón. Creo que es donde está la casa y los edificios adyacentes.
- Aprecia a tus padres porque es un mundo aterrador y confuso sin ellos.
- Los más queridos de los tiempos, los amigos más fuertes del alma, los libros.
- Superamos el amor como otras cosas y lo ponemos en un cajón, hasta que se muestra como un antiguo anticuario, como los trajes que llevaban los abuelos.
- Cuando se hace algo por primera vez, se libera un pequeño demonio.
- La esperanza es algo con plumas que se posa en el alma y canta melodías sin palabras, y nunca se detiene.
- No conozco nada en el mundo que tenga tanto poder como una palabra. A veces escribo una y la miro hasta que comienza a brillar.
- Estar vivo es poder.
- La despedida es todo lo que sabemos del Cielo, y todo lo que necesitamos del Infierno.
- Debo entrar, la niebla está subiendo.
- Probé la vida…
- Escríbeme sobre esperanza y amor, y corazones que perduraron.
- Espero que tus paseos hayan sido dulces y tus ensoñaciones espaciosas.
- Un querido herido salta más alto.
- La verdad debe deslumbrar gradualmente o acabaremos ciegos.
- El amor es su propio rescate; porque nosotros, en nuestro supremo sentido, somos sus emblemas temblorosos.
- El corazón quiere lo que quiere, o no le importa.
- La fortuna se hace amiga de los audaces.
- Juzga tiernamente por mí.
- Te veo mejor en la oscuridad, no necesito una luz.
- Sentí que era un refugio hablar contigo.
- La fama es una comida voluble en un plato cambiante.
- No profeso ser profunda; pero reclamo el sentido común.
- Los buenos tiempos son siempre mutuos; eso es lo que hace buenos tiempos.
- Porque el amor es inmortalidad.
- La fe, es el puente sin valles que sostiene lo que vemos en la escena que no vemos.
- Un ciervo herido salta más alto.
- Hasta que amé, nunca viví.
- Una gran esperanza cayó. No escuchaste ruido. La ruina estaba dentro.
- La vida es un hechizo tan exquisito que todo conspira para romperlo.
- La verdad, no me atrevo a reconocer que me sofoco con una broma.
- Nunca sabemos cuán alto estamos hasta que somos llamados a ascender.
- Entonces, si somos fieles a la forma, nuestras tallas tocan los cielos
- No se puede amar al ser amado. Porque el amor es la inmortalidad.
- Estoy fuera con linternas, buscándome a mí misma.
- La opinión es una cosa apropiada, pero la verdad es más duradera que el sol, si no podemos tener ambas cosas, poseamos la más antigua.
- La vejez aparece de repente, y no gradualmente como se piensa.
- Puedes mantenerte joven mientras aprendas.
- Una carta siempre me pareció como la inmortalidad, porque es la mente sola, sin un amigo corpóreo.
- No tienes que ser una casa para ser embrujada.
- Pero un libro es solo el retrato del corazón, y cada página es un pulso.
- La verdad es tan rara que es agradable contarla.
- La celebridad es el castigo del mérito y el castigo del talento.
- Sin decir nada… a veces dice más.
- Yo habito en la posibilidad…
- Las hermosas flores me avergüenzan. Me hacen arrepentir de no ser una abeja…
- Esperar significa estar preparado en todo momento para lo que aún no ha nacido, y sin embargo no desesperarse si no nace en nuestra vida.
- Espero que tú ames a los pájaros también. Es económico. Ahorra ir al cielo.
- Cerrar los ojos es viajar.
- No envejecemos con años, sino que somos más nuevos cada día.
- El comportamiento es lo que hace un hombre, no lo que él piensa, siente o cree.
- Dicen que Dios está en todas partes y, sin embargo, siempre pensamos que es un recluso.
- ¡No soy nadie! ¿Quién eres tú? ¿No eres nadie tampoco?
- En esta vida corta que solo dura una hora, cuánto, qué tan poco, está a nuestro alcance.
- Mis mejores conocidos son aquellos con quienes no dije palabra.
- Hasta que no haya amado, ningún hombre o mujer puede convertirse en sí mismo.
- Un poco de locura en la primavera es saludable incluso para el rey.
- La mañana sin ti es un amanecer menguante.
- Morir es una noche salvaje, y un nuevo camino.
- La convencionalidad no es moralidad. La justicia propia no es religión. Despojar al primero no es defender al último.
- El poeta enciende la luz y luego se desvanece. Pero la luz sigue y sigue.
- No es que morir nos duela, sino que vivir nos lastima más.
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