Heráclito de Efeso
(540 AC-470 AC) Filósofo griego.
(540 AC-470 AC) Filósofo griego.
- Es más difícil luchar contra el placer que contra la ira.
- A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
- Mayores destinos ganan mayores recompensas.
- Inmortales, mortales; mortales, inmortales; viviendo la muerte de aquéllos y muriendo la vida de éstos.
- Lo único que es constante es el cambio.
- Es mejor ocultar la ignorancia que exponerla.
- Los ojos son testigos más exactos que los oídos.
- El modo de ser humano no comporta capacidad de juicio; el divino sí la comporta.
- La gente debería luchar para mantener su ley y defender las murallas de la ciudad.
- Son muchos los malos; sólo unos pocos son nobles.
- Los que aman la sabiduría deben investigar muchas cosas.
- No sería mejor si las cosas sucedieran a las personas tal como lo desean.
- Tu integridad es tu destino… es la luz que guía tu camino.
- ¿Cómo puedes esconderte de lo que nunca desaparece?
- El sol es nuevo cada día.
- Diez mil no vuelven la balanza contra un solo hombre de valor.
- El alma seca es la más sabia y la mejor.
- La salud humana es un reflejo de la salud de la Tierra.
- El parecer de uno, enfermedad sagrada.
- La mayoría de las personas no comprende las cosas con las que se encuentran a diario, ni, cuando se les instruye, tienen un conocimiento correcto de ellas, aunque parecen tenerlo.
- Estamos más cerca de nosotros mismos cuando alcanzamos la seriedad del niño al jugar.
- La sabiduría es la unidad de la mente que guía e impregna todas las cosas.
- Muerte es todo lo que vemos despiertos; sueño lo que vemos dormidos.
- Si todas las cosas se convirtieran en humo, las narices sabrían distinguirlas.
- Los buscadores de oro cavan mucho y hallan poco.
- La vida es un niño jugando, moviendo piezas en una partida.
- No hagas reír hasta el punto de dar motivo a la risa.
- Todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina.
- Los cuerpos muertos han de desecharse con mayor motivo que el estiércol.
- El carácter del hombre es su destino.
- Los hombres que aman la sabiduría deben estar familiarizados con muchas cosas en verdad.
- El camino hacia arriba y el camino hacia abajo es el mismo.
- La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre a la saciedad, el trabajo al reposo.
- Quien no puede buscar lo imprevisto, no ve nada por el camino conocido, es un callejón sin salida.
- El alma está teñida del color de tus pensamientos.
- Los despiertos comparten un mundo común, pero los dormidos se convierten en mundos privados.
- Es en el cambio que encontramos un propósito.
- El silencio es sanación.
- El contenido de tu personaje es tu elección. Día a día, lo que elijas, lo que piensas y lo que haces es en lo que te conviertes.
- Pensar es una enfermedad sagrada y la vista es engañosa.
- Los perros también ladran a lo quien no conocen.
- Es necesario saber que la guerra es común y la justicia discordia, y que todo sucede según discordia y necesidad.
- El que no espera lo inesperado nunca lo encontrará.
- Mucho aprendizaje no enseña comprensión.
- La abundancia de conocimiento no enseña a los hombres a ser sabios.
- Todos somos uno.
- Lo diferente está unido, y de las diferencias resulta la armonía más bella.
- El dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad. Y muda como el fuego.
- El hombre, como una luz en la noche, se enciende y apaga.
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