Mario Benedetti (1920-2009) fue un novelista, dramaturgo y poeta uruguayo
- En la vida hay que evitar tres figuras geométricas: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas.
- Te espero cuando miremos al cielo de noche: tú allá, yo aquí.
- Tengo la teoría de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, sino por toas las cosas por las que no lloró en su debido momento.
- En ciertos oasis el desierto es sólo un espejismo.
- La mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser feliz solo, así la compañía es una cuestión de elección y no de necesidad.
- Melancolía: manera romántica de estar triste.
- Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que voy a quererte sin respuestas.
- La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
- Yo no sé si dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda.
- Un río de tristeza circula por mis venas, pero me he olvidado de llorar.
- Lo cierto es que yo ignoraba que tenía en mí esas reservas de ternura.
- Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable.
- Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio.
- Es curioso cómo a veces se puede llegar a ser tan inocentemente cruel.
- La realidad es un manojo de problemas sobre los cuales nadie reclama derechos de autor.
- En realidad, sólo existe la dirección que tomamos, lo que puede haber sido ya no vale.
- Más que sus ojos, su mirada. Miraba como queriendo decir algo y no diciéndolo.
- Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores.
- Que te quede bien claro. Donde acaba tu boca, ahí empieza la mía.
- Es claro que lo mejor no es la caricia en sí misma, sino su continuación.
- Me gustaría mirar todo de lejos pero contigo.
- Te he dejado pensando en muchas cosas, pero ojalá pienses un poco en mí.
- Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza.
- Después de todo, la muerte solo es un síntoma de la vida.
- La mariposa recordará por siempre que fue gusano.
- De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.
- El que hace trampa es porque no tiene coraje para ser honesto.
- Ojalá que la espera no desgaste mis sueños.
- Sus labios eran una caricia necesaria, cómo podía haber vivido hasta ahora sin ellos.
- Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida.
- Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada.
- La perfección es una pulida corrección de errores.
- Cinco minutos son suficientes para vivir una vida entera, así de relativo es el tiempo.
- Todas las noches me torturo pensando en ti.
- De pronto nos sentimos prisioneros de una circunstancia que no buscamos, sino que nos buscó.
- Suspiros de esperanzas ya perdidas.
- Siempre ando de mal genio. Yo qué sé. Como si me sintiera incómodo conmigo mismo.
- Los sentimientos son inocentes como las armas blancas.
- Puedes venir a reclamarte como eras. Aunque ya no seas tú.
- Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.
- Si el corazón se cansa de ver, ¿Para qué sirve?
- Lo nuestro es ese indefinido vínculo que ahora nos une.
- Lo que más me gusta de vos es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo.
- Que el mundo y yo te queremos de veras, pero yo siempre un poquito más que el mundo.
- Cada vez que te enamores no expliques a nadie nada, deja que el amor te invada sin entrar en pormenores.
- Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido.
- “Los suicidas son asesinos tímidos” siempre me ha gustado esa frase y siempre la amaré.
- El amor es una palabra, un pedacito de utopía.
- A veces me siento infeliz sin un motivo concreto.
- Es casi ley, los amores eternos, son lo más breves.
- Los odios vivifican y estimulan solo si es uno quien los gobierna; destruyen y desajustan cuando son ellos los que dominan.
- Querido, nuestro matrimonio no ha sido un fracaso, sino algo mucho más horrible: un éxito malgastado.
- Contra el optimismo no hay vacunas.
- No vayas a creer lo que te cuentan del mundo, ya te dije que el mundo es incontable.
- La infancia es a veces un paraíso perdido. Pero otras veces es un infierno de mierda.
- Si alguna vez me suicido, será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulso.
- Ya casi es hora de que empiece a dedicarte mi insomnio.
- Hay menos tiempo que lugar, no obstante, hay lugares que duran un minuto y para cierto tiempo no ha lugar.
- Un pesimista es solo un optimista bien informado.
- No sé tu nombre, sólo sé la mirada con que me lo dices.
- Si uno conociera lo que tiene con tanta claridad como conoce lo que le falta.
- Es lindo saber que usted existe.
- Cuando tengo preocupaciones, miedos o una historia de amor, tengo la suerte de ser capaz de transformarlo en un poema.
- Yo quisiera ser yo, pero un poco mejor.
- Me explicaron que era una cordial invitación a que me fuera de inmediato.
- Somos tristeza, por eso la alegría es una hazaña.
- Una confesión: la soledad ha dejado de herirme.
- En este mundo tan codificado con internet y otras navegaciones, yo sigo prefiriendo el viejo beso artesanal que desde siempre comunica tanto.
- Necesito no caer en el remoto riesgo de necesitarte.
- Cuando los odios andan suelto, uno ama en defensa propia.
- Quién lo diría, los débiles de veras nunca se rinden.
- Nacemos tristes y morimos tristes pero en el entretiempo amamos cuerpos cuya triste belleza es un milagro.
- Porque tú siempre existes dondequiera, pero existes mejor donde te quiero.
- Una de las cosas más agradables de la vida: ver cómo se filtra el sol entre las hojas.
- Todos necesitamos alguna vez un cómplice, alguien que nos ayude a usar el corazón.
- Un abogado con cartera puede robar más que mil hombres armados.
- Si habito en tu memoria no estaré solo.
- Así estamos, cada uno en su orilla, sin odiarnos, sin amarnos, ajenos.
- Se oyen pasos de alguien que no llegan nunca.
- Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido.
- Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo.
- Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse.
- No me tientes, que si nos tentamos no nos podremos olvidar.
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