Pitágoras (569 a. C. – 475 a. C.) es un importante filósofo y matemático griego.
- Teorema de Pitágoras: establece que en todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la longitud de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de las respectivas longitudes de los catetos.
- No digas pocas cosas en muchas palabras, sino muchas cosas en pocas palabras.
- No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma.
- Más le vale a un hombre tener la boca cerrada y que los demás le crean tonto, que abrirla y que los demás se convenzan de que lo es.
- Perdona a tu hijo si confiesa su falta, también si la oculta; pero no si la niega.
- La tierra regala riqueza profusamente y alimento pacífico. Y os brinda alimentos que están libres de muerte y de sangre.
- Para no perder el tiempo, no leas más que los anales de un sólo pueblo: todos los pueblos se parecen.
- Resuélvete a seguir la conducta más excelente y por costumbre te deleitarás con ella.
- Cuando estés fuera de casa, no vuelvas nunca la vista atrás, pues las erinias siguen tus pasos.
- Respeta el juramento con toda suerte de religión. Honra después a los genios de bondad y de luz.
- Hay un principio bueno, que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo, que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer.
- No revuelvas el fuego con un cuchillo.
- El pensamiento es una idea en tránsito, que una vez que se libera, nunca se puede volver a atraer, ni se puede recordar la palabra
- El orden es el más hermoso ornamento de una casa.
- Abandona los grandes caminos, sigue los senderos.
- Sé bueno al igual que los que fueron buenos contigo.
- El poder es el vecino cercano de la necesidad.
- Tan pronto como se despiertes, pon en orden las acciones que realizarás el próximo día.
- No veas en tu enemigo más que un amigo extraviado.
- El que habla, siembra. El que escucha, recoge.
- La ira comienza en la locura, y termina en el arrepentimiento.
- Si hay luz, entonces hay oscuridad; si hace frío, hace calor; si hay altura, hay profundidad; si hay sólido, hay fluido; si hay dureza, hay suavidad, si hay calma, hay tempestad; si hay prosperidad, hay adversidad; si existe la vida, existe la muerte.
- Escribe en la arena las faltas de tu amigo.
- El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
- La felicidad consiste en poder unir el principio con el fin.
- Tú verás que los males de los hombres son fruto de su elección; y que la fuente del bien la buscan lejos, cuando la llevan dentro de su corazón.
- Escucha, serás sabio; el comienzo de la sabiduría es el silencio.
- Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida.
- Cállate o di algo mejor que el silencio.
- Prefiero el bastón de la experiencia que el carro rápido de la fortuna.
- El principio es la mitad del todo.
- No tengas más que una mujer y un amigo. Las fuerzas del cuerpo y del alma no toleran más.
- Preciso es encontrar lo infinitamente grande en lo infinitamente pequeño, para sentir la presencia de Dios.
- La amistad es el vínculo de dos almas virtuosas.
- El alma es un acorde; la disonancia, su enfermedad.
- Elige más bien ser fuerte de alma que fuerte de cuerpo.
- Un golpe de tu amigo es mejor que un beso de tu enemigo.
- Si se os pregunta: “¿qué es la muerte?”, responded: “la verdadera muerte es la ignorancia”. ¡Cuántos muertos entre los vivos!
- Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará en la tierra la guerra y el sufrimiento
- y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor.
- Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien.
- No temas morir. La muerte no es más que una parada.
- “Si” y “no” son las palabras más antiguas y simples, pero que requieren más reflexión.
- Purifica tu corazón antes de permitir que el amor se asiente en él, ya que la miel más dulce se agria en un vaso sucio.
- Nada perece en el universo; todo cuando acontece en él no pasa de meras transformaciones.
- Mide tus deseos, pesa tus opiniones, cuenta tus palabras.
- La preocupación germina en la cuna de la ignorante pereza.
- Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.
- Evitad todo aquello que pueda atraer a la envidia.
- Escoge la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable.
- La libertad dijo un día a la ley: “Tú me estorbas”. La ley respondió a la libertad: “Yo te guardo”.
- Sobre todas las cosas, respétate a ti mismo.
- Hombre, no seas esclavo ni tirano de tu mujer.
- Los amigos son como compañeros en un viaje, que deben ayudarse mutuamente para perseverar en el camino hacia una vida más feliz.
- Si sufres injusticias, consuélate, porque la verdadera desgracia es cometerlas.
- En tres partes se divide el alma humana: en mente, en sabiduría y en ira.
- La perfecta igualdad no existe, sino entre los muertos.
- La razón es inmortal, todo lo demás es mortal.
- Lo máximo que tiene el hombre es el alma, que lo induce al bien o al mal.
- No te vuelvas enemigo del hombre del cual dejas de ser amigo.
- Los números gobiernan el universo.
- No seas ambicioso y tacaño; la justa medida es excelente en tales casos.
- Elige una mujer de la cual puedas decir: Yo hubiera podido buscarla más bella pero no mejor.
- ¡Oh legislador! No me des leyes para los pueblos, sino pueblos para las leyes.
- Cuando más hacemos, más podemos hacer; cuando estamos más ocupados es cuando tenemos más tiempo para divertirnos.
- Si quieres vivir mucho guarda un poco de vino rancio y un amigo viejo.
- La habilidad y la necesidad habitan cerca una de la otra.
- La filosofía es un afán del saber libre y desinteresado.
- Los hombres que siempre hablan de la verdad son los que más se aproximan a Dios.
- La sal nace de los padres más puros: el sol y el mar.
- Practica la justicia con palabras y hechos, y no tengas el hábito de actuar sin pensar.
- Los amigos comparten todas las cosas.
- Las matemáticas son la base de todo, y la geometría es la forma más alta de estudios matemáticos. El mundo físico se puede entender a través de las matemáticas.
- El silencio es la primera piedra del templo de la Filosofía.
- Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela.
- El legislador debe ser el eco de la razón, y el magistrado el eco de la ley.
- No despreciéis a nadie: un átomo hace sombra.
- No se debe abandonar el puesto sin permiso de aquel que manda. El puesto del hombre es la vida.
- No te envanezca ser amado mucho por una mujer a quien profesas ardiente amor.
- Antes que al médico llama a tu amigo.
- El hilo de la vida se aflojaría si no fuera mojado con algunas lágrimas.
- Los números tienen personalidades, características, fortalezas y debilidades.
- Descansa satisfecho de hacerlo bien y deja que otros hablen de ti como les plazca.
- Hay geometría en el zumbido de las cuerdas. Hay música en el espacio entre las esferas.
- Todo lo que el hombre hace a los animales, regresa de nuevo a él.
- Economizad las lágrimas de vuestros hijos a fin de que puedan regar con ellas vuestra tumba.
- No sabe hablar quien no sabe callar.
- Y nos volveremos a ver ante mi cayado.
- Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.
- Nunca mojes tu pan en la sangre de los animales ni en las lágrimas de tus semejantes.
- No interrumpas a una mujer que baila para darle un consejo. No hables de cosas abstractas a las gentes superficiales.
- La mayoría de los hombres y mujeres, por nacimiento o por naturaleza, carecen de medios para avanzar en riqueza o poder, pero todos tienen la capacidad de avanzar en conocimiento.
- Una tonelada de ciencia no vale más que una gota de sabiduría.
- Sobre la nube con su sombra está la estrella con su luz.
- Nadie que no haya obtenido el imperio de sí mismo es libre. Ningún hombre que no pueda ordenarse a sí mismo, es verdaderamente libre.
- No permitas que una golondrina haga su nido bajo tu tejado.
- Es difícil transitar al mismo tiempo por muchos caminos de la vida.
- La amistad es una igualdad armoniosa.
- Entre dos hombres iguales en fuerza, el más fuerte es el que tiene la razón.
- Debes hacer grandes cosas, no prometer grandes cosas.
- Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
Más frases
ALLENDE, ISABEL | ARISTÓFANES |
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