Diego Saavedra Fajardo fue un diplomático y escritor español que vivió entre 1584 y 1648.
- Un pequeño gusano roe el corazón a un cedro y lo derriba.
- El poder absoluto es tiranía; quien le procura, procura su ruina.
- Hay que saber navegar con viento de proa.
- Tres cosas se han de considerar en el consejo: lo fácil, lo honesto y lo provechoso.
- Pocos negocios vence el ímpetu, algunos la fuerza, muchos el sufrimiento, y casi todos la razón y el interés.
- No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.
- El que compra la paz con el oro no la podrá sustentar con el acero.
- Lo que se promete y no se cumple lo recibe por afrenta el superior, por injusticia el igual y por tiranía el inferior; y así, es menester que la lengua no se arroje a ofrecer lo que no sabe que puede cumplir.
- Más debemos algunas veces a nuestros errores que a nuestros aciertos, porque aquéllos nos enseñan y éstos nos desvanecen.
- La belleza del cuerpo es un viajero que pasa; pero la del alma es un amigo que queda.
- Sobre las piedras de las leyes, no de la voluntad, se funda la verdadera política.
- Ningún enemigo mayor al hombre. No acomete el águila al águila ni un áspid a otro áspid, y el hombre siempre maquina contra su misma especie.
- No conoce la dulzura de la paz quien no ha probado la amargura de la guerra.
- La curiosidad se atreve más contra lo que más se prohíbe.
- La presunción de saber lo futuro es una especie de rebeldía contra Dios y una loca competencia con su eterna sabiduría, la cual permitió que la prudencia humana pudiera conjeturar, pero no adivinar, para tenerla más sujeta con la incertidumbre de los casos.
- Los ingenios muy entregados a la especulación son tardos en obrar y tímidos en resolver; porque a todo hallan razones diferentes que los ciegan y confunden.
- A mucho obliga el que, teniendo valor para hacerse temer, se hace amar.
- Más reinos derribó la soberbia que la espada, más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros.
- Gobernarse por lo que dice el vulgo es flaqueza.
- Mejor se gobierna la república que tiene leyes fijas, aunque sean imperfectas, que aquella que las muda frecuentemente.
- El no esperar remedio, ni desesperar de él, suele ser el remedio de los casos desesperados.
- Los embajadores son espías públicos, y sin faltar a la ley divina ni al derecho de las gentes, pueden corromper con dádivas la fe de los ministros para descubrir lo que injustamente sé maquina contra su príncipe.
- En la guerra, para los buenos, no es menos triste matar que morir.
- Andan siempre asidas de la mano la clemencia y la justicia. Haz uso de la una con tal arte, que la otra no quede ofendida.
- El mayor bien que tienen los hombres es la amistad. Espada es segura, siempre al lado, en la paz y en la guerra.
- El que a muchos teme, de muchos es temido.
- Quien no duda no puede conocer la verdad.
- La amistad más se ha de sostener con correspondencia que con dádivas; porque con el interés se fingen, pero no se hacen las amistades.
- La envidia persigue con mayor fuerza al que empieza a caer, y, como hija de ánimos cobardes, siempre teme que podrá volver a levantarse.
- El que se muda con la fortuna, confiesa no haberla merecido.
- Todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira para que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazando los designios.
- El no esperar remedio, ni desesperar de él, suele ser el remedio de los casos desesperados.
Mas frases
CINCUENTA FRASES FRASES BONITAS | FRASES QUE CAMBIARÁN TU VIDA |
Comentarios
Publicar un comentario