Frases de Kobo Abe
1924- 1993 M茅dico, escritor, dramaturgo, fot贸grafo, guionista de cine e inventor japon茅s
1924- 1993 M茅dico, escritor, dramaturgo, fot贸grafo, guionista de cine e inventor japon茅s
- La realidad no necesariamente coincide con las apariencias.
- La 煤nica arma pac铆fica de un vendedor ordinario es la adulaci贸n.
- Dicen que lo mejor para ocultar una gran mentira es rodearla de numerosas mentiras peque帽as.
- Bueno, para quienes conf铆an, la espera siempre es ef铆mera, aun cuando dure cincuenta, cien a帽os...
- Si la mujer que ha perdido la confianza en su marido es desdichada, m谩s lo ser谩 el marido que ha sido despojado de esa confianza.
- Ya no me importa que usted sea amigo o enemigo, el 煤nico camino que me queda es dejar atr谩s esta trinchera in煤til y enfrentarme al destino con todo mi coraje.
- Todo el mundo quiere juzgar a los otros de manera subjetiva. Ese m茅todo tan simple de aplicar criterios ajenos para calificar a la gente est谩 en desuso, es como un libro enmohecido.
- En la arena, cada grano es 煤nico y en su aparente uniformidad se esconde una infinita diversidad.
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Biograf铆a
Lo primero que se puede decir de Kobo Abe, estirando el clich茅 banal del escritor japon茅s, es que no se suicid贸. Muri贸 en la misma ciudad en la que naci贸 69 a帽os despu茅s. Kobo Abe es un escritor inesperado. Contempor谩neo de Yukio Mishima y Kenzaburo O茅, absorbi贸 la tradici贸n de Junichiro Tanizaki aunque estuvo m谩s pendiente de la literatura de occidente que la de su propio pa铆s. Un caso similar al de Minae Mizumura, aunque no comparable del todo porque 1) ella creci贸 en un pa铆s que comenzaba a transformarse tras la Segunda Guerra, 2) vivi贸 en Estados Unidos. Kobo Abe (su nombre real era Kimifusa Abe) vivi贸 toda su vida en Jap贸n, excepto por unos a帽os en Manchuria en donde su padre ejerci贸 como m茅dico.
Gregory Zambrano, acad茅mico venezolano especialista en Kobo Abe (escribi贸 la tesis Hacer un mundo con palabras. Los universos ficcionales de Kobo Abe y Gabriel Garc铆a M谩rquez) explica en el pr贸logo del volumen Cuentos siniestros:
Lo ex贸tico, o lo t铆picamente japon茅s que busca un lector acostumbrado a ciertos c贸digos de la literatura japonesa no hallar谩n aqu铆 ninguna correspondencia. Entrar en el laberinto narrativo del autor significa comprender la realidad desde la din谩mica producida en la cinta de Moebius. Las escenas por lo general se desarrollan en espacios signados por la opacidad y sus personajes pueden parecer fantasmas que merodean convertidos en corporeidades et茅reas. Lo japon茅s queda circunscrito a ciertas atm贸sferas ce帽idas a elementos distintivos, por ejemplo, el tama帽o de las habitaciones de las casas se determina por el n煤mero de tatamis, y hay alusiones al sake y otros t贸picos gastron贸micos.
Kobo Abe vivi贸 con cierta turbulencia bohemia. Sigui贸 los pasos del padre y se recibi贸 de m茅dico en 1948, pero a煤n antes de tener el t铆tulo hab铆a decidido no ejercer la profesi贸n y dedicarse a la literatura. Tres a帽os m谩s tarde recibi贸 el premio Akutagawa, uno de los m谩s prestigiosos premios del Jap贸n. Los estudios universitarios le proveyeron de herramientas para desarrollar una interesante cantidad de cuentos de “ficci贸n cient铆fica”, como le gustaba llamarla. Militante marxista, fue expulsado, sin embargo, del Partido Comunista Japon茅s al denunciar el acoso a la libertad de expresi贸n y la violaci贸n de los derechos humanos en la Uni贸n Sovi茅tica.
Adem谩s de Cuentos siniestros, se han publicado en espa帽ol las novelas La mujer de la arena (Siruela, 1989), El rostro ajeno (Siruela, 2007) e Id茅ntico al ser humano (Candaya, 2010). Los relatos que componen Cuentos siniestros, traducidos directamente desde el japon茅s por el catedr谩tico Ryukichi Terao, fueron escritos en las d茅cadas de 1950 y 1960. En ellos se lee la influencia de la literatura occidental que afirm谩bamos al comienzo. Volvamos a Zambrano:
En sus a帽os de formaci贸n Abe ley贸 autores cuyas obras rompen con los patrones de la literatura realista, y cuestionan la dependencia del hombre con su entorno. Se aficion贸 a las lecturas de Kafka, Camus y Becket, entre otros autores, y quiso asumir la fuerza creativa que tiene la literatura para hacer cre铆bles otros mundos posibles. Esa fue una de sus principales b煤squedas; en ello tambi茅n se le puede vincular con la obra de su contempor谩neo Gabriel Garc铆a M谩rquez, cuya saga macondiana lleg贸 a ejercer en 茅l cierta fascinaci贸n.
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