Ignacio de Loyola (Loyola, España, 1491 – Roma, 1556) fue un militar y religioso español
- Para aquellos que creen, ninguna prueba es necesaria. Para aquellos que no creen, ninguna cantidad de pruebas es suficiente.
- ¡Jesús, por nada del mundo te dejaría!
- El amor se ha de poner más en las obras que en las palabras.
- Tomad, Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Vos me lo disteis; a vos Señor, lo torno. Disponed a toda vuestra voluntad y dadme amor y gracia, que esto me basta, sin que os pida otra cosa.
- Hay que procurar conservar la amistad y benevolencia de los que gobiernan y ganar a las personas de autoridad con humildad, modestia y buenos oficios.
- ¡No merezco, Señor, cuanto recibo!
- En tiempo de desolación nunca hacer mudanza.
- ¿Qué queréis, Señor, de mí?
- Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti.
- ¡Cuán vil me parece la tierra cuando miro al cielo!
- No tener moderación muchas veces es causa de que el bien se convierta en mal y la virtud en vicio.
- El examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma.
- Alcanza la excelencia y compártela.
- Dios proveerá lo que le parezca mejor.
- Cuanto más nuestra alma se despegue de las cosas, más cerca estará de nuestro Creador.
- Quien evita la tentación evita el pecado.
- Jesús, sé mi guía, condúceme.
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