Marcel Proust (1871 – 1922), fue un novelista, crítico y ensayista francés
- Es la tragedia de otras personas lo que para nosotros simplemente es una muestra de las colecciones perecederas de nuestra propia mente.
- Nunca debemos temer ir demasiado lejos, porque la verdad está más allá.
- El amor es una tortura recíproca.
- A menudo es difícil soportar las lágrimas que nosotros mismos hemos causado.
- Mientras los hombres sean libres de preguntar lo que deben, libres de decir lo que piensan, libres de pensar lo que quieran, la libertad nunca se perderá y la ciencia nunca podrá retroceder.
- El tiempo pasa, y poco a poco todo lo que hemos hablado en falsedad se vuelve verdad.
- Tal vez no hay días de nuestra infancia en los que vivimos tan completamente como los que pasamos con nuestro libro favorito.
- Las obras maestras no son más que los restos naufragados de las grandes mentes.
- A pesar de que nuestras vidas vagan, nuestros recuerdos permanecen en un solo lugar.
- El amor…, siempre insatisfecho, vive siempre en el momento que está por venir.
- Nuestros peores temores, como nuestras mayores esperanzas, no están fuera de nuestros poderes, y al final podemos vencer para triunfar sobre los primeros y lograr los segundos.
- El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos.
- Cuando de un pasado distante y largo no subsiste nada, después de que las cosas se rompen y se dispersan, el olor y el sabor de las cosas permanecen.
- El único paraíso es el paraíso perdido.
- Solo a través del arte podemos salir de nosotros mismos y saber lo que ve otra persona.
- Siempre es durante un estado mental pasajero cuando hacemos resoluciones duraderas.
- Mi destino ya no es un lugar, sino una nueva forma de ver.
- Ningún hombre es un completo misterio, excepto para sí mismo.
- El amor es un ejemplo sorprendente de lo poco que la realidad significa para nosotros.
- Todo lo bueno en el mundo proviene de neuróticos. Solo ellos han fundado nuestras religiones y han compuesto nuestras obras maestras.
- El tiempo a nuestra disposición, cada día es elástico; las pasiones que sentimos lo dilatan, las que nos inspiran lo reducen, y el hábito lo llena.
- La felicidad es beneficiosa para el cuerpo, pero es el dolor el que desarrolla los poderes de la mente.
- No recibimos sabiduría; debemos descubrirla por nosotros mismos después de un viaje que nadie puede tomar por nosotros o ahorrarnos.
- El recuerdo de las cosas del pasado no necesariamente es el recuerdo de las cosas como eran.
- Nuestras entonaciones contienen nuestra filosofía de vida, lo que cada uno de nosotros se dice a sí mismo constantemente sobre las cosas.
- Si un pequeño sueño es peligroso, la cura no es soñar menos, sino soñar más, soñar todo el tiempo.
- Un cambio en el clima es suficiente para recrear el mundo y a nosotros mismos.
- Nuestro corazón tiene edad de aquello que ama.
- El amor es espacio y tiempo medido por el corazón.
- Hay ilusiones ópticas tanto en el tiempo como en el espacio.
- Pensamos y nombramos en un mundo, vivimos y sentimos en otro.
- La realidad nunca es más que un primer paso hacia un desconocido en el camino hacia el cual uno nunca puede llegar muy lejos.
- Todas nuestras decisiones finales se toman en un estado mental que no va a durar.
- La gente no sabe cuándo están felices. Nunca son tan infelices como creen que son.
- Un trabajo en el que hay teorías es como un objeto que todavía tiene la etiqueta que muestra su precio.
- La existencia tiene poco interés excepto en días en que el polvo de las realidades se mezcla con arena mágica.
- La creación del mundo no ocurrió al principio de los tiempos, ocurre todos los días.
- Siempre trata de mantener un trozo de cielo por encima de ti.
- Con una sola imagen haría que esa belleza explotara en mí.
- Las guerras se libran en beneficio de los oligarcas, triunfos comprados con la sangre de los peones.
- Llega tan pronto, el momento en que no hay nada más que esperar.
- Un poco de insomnio no carece de valor al hacernos apreciar el sueño, al arrojar un rayo de luz sobre esa oscuridad.
- Demos las gracias a las personas que nos hacen felices, son los jardineros encantadores que hacen florecer nuestra alma.
- Cuando no estoy demasiado triste para escuchar, la música es mi consuelo.
- Nuestras pasiones dan forma a nuestros libros, el reposo los escribe en los intervalos.
- Nueve décimas partes de los males de los que sufren las personas inteligentes brotan de su intelecto.
- Llegué a tiempo para aprender que era un error sonreír amistosamente cuando alguien me dejaba en ridículo.
- Para el beso, la nariz y los ojos están tan mal colocados como mal hechos los labios.
- La nobleza a menudo no es más que el aspecto interno que nuestros sentimientos egoístas asumen cuando aún no los hemos nombrado ni clasificado.
- ¡El perfume es la última y mejor reserva del pasado, la que, cuando todas las lágrimas se han secado, puede hacernos llorar de nuevo!
- Estamos curados del sufrimiento solo al experimentarlo al máximo.
- No conseguimos cambiar las cosas de acuerdo con nuestro deseo, pero gradualmente nuestro deseo cambia.
- Deseaba ver tormentas solo en aquellas costas donde rugían con la mayor violencia…
- Solo por el bien de la elegancia, trato de permanecer moralmente puro.
- A veces en esta vida, bajo el estrés de una emoción excepcional, las personas dicen lo que piensan.
- Toda la actividad de la mente es fácil si no está sujeta a la realidad.
- En una separación, es el que no está realmente enamorado el que dice las cosas más tiernas.
- El deseo hace que todo florezca; la posesión hace que todo se marchite y se desvanezca.
- Si queremos que la realidad sea soportable, todos debemos alimentar una o dos fantasías.
- No esperes por la vida. No anheles eso. Ten en cuenta, siempre y en todo momento, que el milagro está en el aquí y ahora.
- Como muchos intelectuales, era incapaz de decir una cosa simple de una manera simple.
- Los lazos entre nosotros y otra persona existen solo en nuestras mentes.
- Amamos solo lo que no poseemos en su totalidad.
- Una hora no es simplemente una hora, es un jarrón lleno de olores y sonidos y proyectos y climas.
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