Frases de Maurice Maeterlinck, abogado, dramaturgo y ensayista belga, principal exponente del teatro simbolista y Premio Nobel de Literatura 1910.
Más frases
- Las mujeres no dejan jamás de ser madres; mecerían a la misma muerte si viniese a dormir sobre sus rodillas.
- Cada vez que perdemos ánimo, perdemos muchos días de nuestra vida.
- No podemos tener una idea exacta del hombre que jamás se calla.
- Ser feliz en amor es haber sobrepasado la inquietud de la felicidad.
- Es bueno adquirir poco a poco la conformidad de no comprender nada.
- La esperanza es la mano misteriosa que nos acerca lo que deseamos y nos aleja de lo que ignoramos, que es todo.
- Cuando se es feliz es cuando hay que tener más miedo; nada amenaza tanto como la felicidad.
- Algo en nosotros nos dice que es preferible llorar en un mundo infinito que sentirse constantemente feliz en el mundo limitado.
- Las palabras que pronunciamos no tienen sentido más que gracias al silencio que les rodea.
- La palabra verdaderamente sabia es la que un niño entiende sin necesidad de más explicaciones.
- Un pensamiento puede ser una cosa excelente; pero la realidad principia en la acción.
- No hay que dejar nunca de obrar ni de pensar como si lo desconocido pudiera ser conocido, aunque sepamos que es infinito y que está fuera de nuestro alcance.
- La inteligencia es la facultad con cuya ayuda comprendemos finalmente que todo es incompresible.
- La oposición es el arte de estar en contra tan hábilmente que, luego, se pueda estar a favor.
- Hay gente que no tiene silencio y mata el silencio a su alrededor, y éstas son las únicas personas que pasan verdaderamente inadvertidas.
- A veces, mejor que combatir o querer salir de una desgracia, es intentar ser feliz, dentro de ella, aceptándola.
- Si pudiéramos salir de nosotros mismos y gustar la desdicha del héroe, cuántos de nosotros volverían sin pena a su felicidad estrecha.
- Es en nosotros mismos donde debemos buscar lo que aún no sabemos, porque nunca nos ha venido nada de otro mundo.
- Todos los hombres están convencidos de que sus recuerdos, sean los que sean, son mejores que los de otro hombre cualquiera.
- Apenas los labios callan, despiertan las almas y se manifiestan, porque el silencio es el elemento lleno de sorpresas, de peligro y de felicidad, en el cual las almas gozan libremente.
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