John Milton (1608 – 1674) fue un escritor y poeta inglés
- También sirven quienes solamente soportan y esperan.
- Denme la libertad para saber, pensar, creer y actuar libremente de acuerdo con la conciencia, sobre todas las demás libertades.
- Cuando la razón lucha con la fuerza, por más que sea empresa ardua y temeraria, la victoria debe estar de parte de la razón.
- La soledad es a veces la compañía más agradable, y una separación, aunque corta, hace más dulce el placer de volver a verse.
- Todos los caminos me llevan al infierno. Pero ¡Si el infierno soy yo! ¡Si por profundo que sea su abismo, tengo dentro de mí otro más horrible, más implacable, que a todas horas me amenaza con devorarme!
- ¿Qué tiene que ver la noche con el sueño?
- El sufrimiento purifica. Aquel que sepa sufrir mejor, hará mejor obra.
- La tierra contiene en sí misma el mal y su remedio.
- No todo está perdido, la voluntad inconquistable y el estudio de la venganza, el odio inmortal y el coraje de no rendirse nunca.
- La suerte es el residuo de los designios.
- Largo y difícil es el camino que desde el infierno conduce a la luz.
- En un mundo de fugitivos el que transita el justo camino, parece huir.
- No creo en la casualidad ni en la necesidad. Mi voluntad es el destino.
- Despierta, levántate o quédate para siempre.
- ¡Qué hermosa, qué divina creación es la mujer! ¡Cuán digna es del amor de los dioses!
- El amor purifica el pensamiento y engrandece el corazón.
- El demonio se avergonzó y sintió cuán terrible es la bondad, y vio la virtud en su forma, que adorable: y le dolió la pérdida.
- ¡Maldecido amor, o maldecido odio, que tanto valen para mí uno como otro, dado que es eterna mi desventura!
- ¿Qué es la fuerza sin una doble porción de sabiduría?
- Vale más reinar en el infierno que servir en el cielo.
- Para los nobles como para los que no lo son, la vida más dulce es la más extraña a las armas, cuando no se acude a ellas por un impulso de desesperación.
- No lo negaré, pero la mejor disculpa contra los falsos acusadores es el silencio y el sufrimiento, y los hechos honestos contra las palabras deshonestas.
- El conocer lo que tenemos delante de nosotros, en nuestra vida ordinaria, esa es la principal sabiduría.
- ¡Oh Espíritu! Que prefieres a todos los templos un corazón recto y puro, inspírame tu sabiduría.
- La elocuencia deleita el alma y la música los sentidos.
- Sólo me falta la sordera para ser el mejor partido de Inglaterra.
- Mundo en que toda vida muere, en que toda muerte vive.
- Ni hombres ni ángeles pueden discernir la hipocresía, vicio invisible en cielo y tierra, excepto para Dios que lo consiente.
- Un buen libro es preciosa sangre de vida de un espíritu magistral, embalsamado y atesorado con el propósito de dar vida más allá de la vida.
- La inocencia, una vez perdida, nunca puede ser recuperada. La oscuridad, una vez vista, nunca puede perderse.
- Lo que quiso el amor, que jamás quiso cosa alguna en vano.
- Donde no hay esperanza no hay temor.
- El ambicioso, para lograr su fin, debe rebajarse tanto como ha pretendido elevar sus miras, y por encumbrado que esté, humillarse hasta los más viles empleos.
- La juventud anuncia al hombre como la mañana al día.
- El que se alaba a sí mismo siempre encuentra quien se ría de él, lo cual no es cómico sino trágico.
- Donde no hay ningún bien que disputar, no puede alzarse en guerra facción alguna.
- Este horror crecerá suave, esta oscuridad se iluminará.
- No ames ni aborrezcas la vida, pero mientras te dure, esfuérzate en vivir bien.
- Lo que no me mata me hace más fuerte.
- Lo que está oscuro dentro de mí, ilumina.
- El espíritu lleva en sí mismo su propia morada y puede llegar en sí mismo a hacer un cielo del infierno o un infierno del cielo.
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